¿Es el Católicismo Romano bueno?
¿NOS PUEDEN SALVAR LOS SACRAMENTOS ?
¿Cómo puede Ud. evitar el infierno? La Santa Biblia nos enseña como. II Timoteo 3:15-16, “…las sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salud… Toda la Escritura es inspirada divinamente”. Romanos 3:4 dice, “…sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso”. ¿Por qué entonces confiar en los curas para salvar su alma? Hablando de los líderes religiosos, Cristo dijo en Mateo 23:9, “Y vuestro Padre no llaméis a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el cual está en los cielos”. La clase sacerdotal especial era para los judíos solamente en el Antiguo Testamento. El fracaso de aquellos sacerdotes se destaca en II Crónicas 29:34 donde se indica que los laicos “tuvieron mayor prontitud de corazón para santificarse, que los sacerdotes”. En el Nuevo Testamento, todos los Cristianos verdaderos son sacerdotes de Dios. Pedro dice a nosotros los Cristianos que “vosotros también [sois]…como piedras vivas…edificados para ser una casa espiritual, un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales…sois…el real sacerdocio”
En Marcos 7:1-13 Cristo reprende a los Fariseos por haber retenido la “tradición” por encima de la palabra de Dios. Así que, “escudriñemos las Escrituras” como Cristo nos ha mandado en Juan 5:39, pues “…Dios…no sabe mentir…” (Tito 1:2).
La mayoría piensa que es imposible que uno esté seguro de la salvación en esta vida. Pero I Juan 5:13 dice, “…para que sepáis que tenéis vida eterna…” Según la Iglesia Católica Romana (ICR), una persona tiene que obrar para obtener la vida eterna, haciendo buenas obras, asistir la misa, confesar los pecados al cura, etc. Pero la Biblia dice que nunca podremos ser suficientemente bueno para merecer la salvación. Isaías 64:6, “Que todos nosotros éramos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia”. Tito 3:5, “No por las obras de justicia que nosotros habíamos hecho, mas por su misericordia, nos salvó…” La salvación del infierno viene en un momento preciso, y NO es un proceso gradual a través de la vida de uno. II Corintios 6:2, “…he aquí, ahora el tiempo acepto, he aquí, ahora el día de la salud”. ¿Cómo puede Ud. conseguir la salvación de su alma?
NO por la Misa…
Juan 6:54, “El que come mi carne, y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”. Un cuidadoso estudio del capítulo entero demuestra que Cristo NO quiso dar a entender esas palabras de una manera literal. Juan 6:35, “Y Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida: el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás”. El “hambre” se harta, no por comerlo a Cristo, sino por “venir” a Él. La sed se apaga, no por beber Su sangre, sin por “creer en” Él.
Juan 6:57, “Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, así también el que me come, él también vivirá por mí”. ¡Cristo no comió a Su Padre! Cristo explicó en versículo 63: “El espíritu es el que da vida: la carne de nada aprovecha: las palabras que yo os hablo, espíritu son, y vida son”. En verso 68, Pedro entendió y dijo, “Señor…tú tienes las palabras de vida eterna”. Juan 3:3, “…que el que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios”. I Pedro 1:23, “Siendo renacidos…por la palabra del Dios…” Romanos 14:17, “Porque el reino de Dios no es comida ni bebida…”
Romanos 10:17, “Luego la fe es por el oír, y el oír por la palabra de Dios”. Beber sangre literal es prohibido en ambos testamentos. Génesis 9:4, “…su sangre, no comeréis”. Levítico 17:14, “No comeréis la sangre de ninguna carne…” Actos 15:28-29, “…ha parecido bien al Espíritu Santo…que os apartéis…de sangre…”
En la última cena, cuando Cristo dijo en Mateo 26:28, “…esta es mi sangre…”, la dijo “este fruto de la vid” (es decir, jugo de uva fresco). Versículo 29 es una mentira si verso 28 no es figurativo. Cristo nos ha mandado a comer el pan y beber de la copa “en memoria de mí”, (I Corintios 11:23-25). A Cristo, tenemos que recordarle, ¡no ingerirle! La Iglesia Católica enseña que la misa no es un memorial, sino un “sacrificio” perpetuo. Pero Cristo clamó en la cruz, “Consumado está”, (Juan 19:30). Hebreos 10:10-12, “…somos los santificados, por medio de la ofrenda del cuerpo de Jesu Cristo hecha una sola vez. Y ciertamente todo sacerdote está en pié cada día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; Pero éste, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio…para siempre…”
NO por el confesonario…
¿Alguna vez ha confesado Ud. sus pecados al cura, el cual luego le manda a rezar el rosario o “ave María”? En Mateo 6:7 Cristo dijo, “Y orando, no habléis inútilmente, como los paganos, que piensan que por su parlería serán oídos”. Usted no tiene que confesar sus pecados a un clérigo. Aun en el Antiguo Testamento, donde había una clase sacerdotal especial, las personas podían confesar sus pecados directamente a Dios: II Samuel 24:17, “Y David dijo a Jehová…Yo pequé, yo hice la maldad…” I Crónicas 21:8, “Y dijo David a Dios: Yo he pecado gravemente en hacer esto…”
Para ser salvo, no es necesario confesar sus pecados. La Biblia dice: “Que si confesares con tu boca al Señor Jesús…” (Romanos 10:9).
Aun antes de la muerte de Cristo, Él estaba perdonando pecados, NO porque los pecados fueron confesados, sino porque aquellos pecadores estaban creyendo que Cristo podía ayudarlos si vinieran a Él. Marcos 2:5, “Y viendo Jesús la fe de ellos, dice al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados”. Pero después de la muerte de Jesús, Su sangre “nos limpia de todo pecado”, (I Juan 1:7). Juan dijo en Revelación 1:5, “…Jesu Cristo…nos lavó de nuestros pecados en su misma sangre…” ¿Cómo puede usted ser lavado? Efesios 1:5-7, “…Jesu Cristo…en el cual tenemos redención por su sangre, remisión de pecados por las riquezas de su gracia…” ¿Cómo puede usted obtener la gracia? Efesios 2:8-9, “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros, es el don de Dios: No por obras, para que nadie se gloríe”. ¿Cómo sabrá que tiene fe usted? Romanos 10:8, “Esta es la palabra de fé la cual predicamos: Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”. 1 Corintios 1:2, Invoca “el nombre de nuestro Señor Jesu Cristo…” Romanos 10:13, “Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”. Romanos 6:23, “…mas el don gratuito de Dios es la vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”. Usted puede recibir el don gratuito ahora mismo, pero…
NO por María…
Hebreos 1:3 dice que Cristo hizo “…la purgación de nuestros pecados por sí mismo…” ¡NO María! En Actos 12:5 “…la iglesia hacía oración a Dios…” ¡NO a María! La María católica no existe. La verdadera María no permanecía virgen (I Corintios 7:2-5, Mateo 1:25, Lucas 2:7, Juan 7:1-10, Mateo 13:53-56, Salmo 69:8-9 con Juan 2:17, Actos 1:14). María era una pecadora que reconoció su necesidad de un “Salvador” (Lucas 1:47). En Juan 2:3-4, “…Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. Y le dice Jesús: ¿Qué tengo yo que ver contigo, mujer?…” I Timoteo 2:5, “Porque hay un Dios, y asimismo un solo mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús”. Si usted tiene que ir a través de María para llegar a Jesús, entonces hay DOS mediadores entre los hombres y Dios el Padre, y la Biblia miente.
Juan 14:6 “Jesús le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. En Mateo 11:28 Cristo dijo, “Venid a mí, todos los que estáis trabajados, y cargados, que yo os haré descansar”. En Juan 6:37 Cristo dijo, “…al que a mí viene, no le echo fuera”. En Juan 10:9 Cristo dijo, “Yo soy la puerta: el que por mí entrare, será salvo…” Actos 4:10-12 “…en el nombre de Jesu Cristo, el Nazareno…y en ningún otro hay salud; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que nos sea necesario ser salvos.”
¿Confiará usted en el Señor Jesu Cristo para rescatarle del infierno? (Efesios 1:12-13) Si usted está dispuesto, ¡PIDALE QUE LE SALVE A USTED AHORA MISMO! (Lucas 23:42-43) Si lo hace ahora, todos sus pecados del pasado, presente y porvenir serán borrados (Hebreos 7:22-27, 9:11-12, 10:12, I Juan 2:1-2), y usted será permanentemente e irrevocablemente salvo (Romanos 8:38-39 con I Juan 5:12, I Tesalonicenses 5:23-24), y usted será renacido por el Espíritu Santo (Juan 3:6) como nueva criatura (II Corintios 5:17), un hijo de Dios (Juan 1:12), sano, salvo y seguro para siempre (Hebreos 7:25), con la garantía de un lugar en la gloria (Juan 14:2).
I Juan 5:13 “Yo he escrito estas cosas a vosotros que creeis en el nombre del Hijo de Dios; para que sepáis que tenéis vida eterna…”
En Juan 10:28 Cristo dijo, “Y yo les doy vida eterna, y para siempre no perecerán, y nadie las arrebatará de mi mano”.
Si usted es salvo, viva por Cristo
(Tito 2:12, 3:14, 1 Corintios 15:58)
y tendrá recompensa y galardón en el Tribunal de Cristo.
(2 Corintios 5:10-11,15, 1 Corintios 3:11-15, Efesios 6:8)
Escudriñe la Santa Biblia cada día…
(Juan 14:23, 2 Timoteo 2:15, Salmo 119:9-11, Efesios 6:17)
Únase a una iglesia creyente de la Biblia…
(Mateo 18:17, Hebreos 10:24-25, Efesios 4:11-12)
Dígales a otros cómo ser salvos…
(Proverbios 11:30, Marcos 16:15,
Actos 1:8, 2 Pedro 3:9)